jueves, diciembre 25, 2008
Oh, $anta Navidad..
Ya amaneció.
Los niños gritan, los pájaros vuelan y a lo lejos y en silencio, el sol aplasta el horizonte, ya sin más tarea que dar vida o cáncer a quienes asi lo quieran. La luz desciende hasta tu pieza, y bien despacio y con pereza te llena de a poco con un sopor insoportable, aquella húmeda amnesia a la que empiezas ya a acostumbrarte y que se ha llevado con presteza los recuerdos de la noche que se fue. Ahora, por la ventana y allá a lo lejos, pero no tan lejos, ves a tus vecinos, y a los hijos de tus vecinos y a los perros de los hijos de tus vecinos, quienes bastante entretenidos en perseguir a aquel gato (que tiene por dueño nada menos que a la chica que te gusta desde el segundo grado), zumban como moscas alrededor de tu barrio.
Te vas incorporando de a poco, cuando de repente, los destellos de la sorpresa y la codicia estallan espumosos dentro de tu ser, cargándose a tus nervios, tus riñones, tus neuronas, ya solamente ocupadas en informarte que clase de día es el que acabas de ver nacer.
Porque por más que el sol (y sus 28 grados) se esfuerzen en ocultarlo tu ya te has dado cuenta, junto con otro millar de almas, que allá en el living, bajo un bochornoso árbol de plástico, la gloria, la dicha y la felicidad descansan envueltas en su propio mundo de papel celofán.
Pegas un salto y resvalas, pero mantienes el equilibrio y empiezas a correr escalera abajo casi rozando a tu hermana que, seguramente, ya pensó en lo mismo y ahora rueda junto a tí. La estampida culmina abruptamente en el descanso del recibidor, donde empieza la breve y feroz lucha por llegar primero.
Una vez derrotada, tu hermana huye, dejándote a tí y a aquel oasis plástico completamente solos.
En ese estado de paz, admiras con cuidado aquella escena.
Su belleza, sus detalles.
Entonces, seguro de la victoria, permites a tu hermana regocijarse junto a tí de aquel momento mágico que por supuesto, o por defecto, recurre a hacer soportable aquel año nuevo que ya se avecina.
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2 comentarios:
Hola Luis, soy tu tía Lilia. ¡Qué inspiración! Me recuerdas los cuentos de Cortazar y Rulfo. Felicidades me gusta tu nuevo estilo. Un beso grande.
Hola, tía! Me honra haberla entretenido con mi prosa suelta.
Voy a dedicarle más tiempo al blog de ahora en más, asi que espero verla por aqui.
Besos.
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