Saca el promedio.

El ecuatoriano promedio es pobre: ya sea de espíritu, de mente, o de bolsillo. La mimada masa que trabaja en colmena, que come como cerdo y que mira novelas mientras rasca su abultada panza, esa nos identifica; esa somos nosotros.
Nos materializamos en la urnas, en los ratings televisivos, en las polls de una empresa: de equivocarme Ecuador no estaría dolarizado, no habrían propagandas huecas ni vacaciones ejecutivas pagas. De equivocarme seríamos más humanos.
Pasa que cuando el ser es humano, responde. Al estímulo mínimo su aparato individual *Ruurm* comienza a trabajar, desesperando al cómodo, asustando al político. Pidiendo RESPUESTAS.

Para pedir respuestas hay que cuestionar al medio, hacerse preguntas. ¿Quién soy yo?; ¿qué hago aqui? son las más comunes: ¿qué es el AGD, el estatismo, los medios de producción, un electorado?, las más prácticas;

¿Qué carajo pasa en IRAK?

Esa es una pregunta muy humana.

"El lenguaje político está diseñado para hacer
que las mentiras suenen veraces
y los asesinatos respetables,
y para dar una apariencia de solidez al viento puro." 

George Orwell, escritor anti-capitalista.