¿Torcerá la mano, el Vaticano?

Se ha visto venir: el mismo Sumo Pontífice pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales en las pasadas fiestas de la Semana Santa. Ahora, la Santa Sede ha anunciado por medio de sus fuentes que en los próximos dias se modificará la ley eclesiástica sobre este tipo de abusos a niños por parte de sacerdotes, duplicando un estatuto de limitaciones e introduciendo castigos a la pornografía infantil.
Las revisiones también permitirán a los obispos locales destituir a sacerdotes cuando la evidencia de abusos sexuales sea "clara y contundente" sin necesidad de juicios canónicos, los cuales pueden ser largos y costosos. Inclusive afirmaron estos medios, se podrá destituir a sacerdotes en esos casos por decreto.

Los antecedentes son claros. Los medios apuntan a una campaña de reinvindicación a la imagen que se tiene del Vaticano por estos dias, pero hay más: Ratzinger y sus adormilados asesores han tenido que torcer el brazo de una Iglesia que cada vez llama menos la atención (por lo menos en lo que a temas positivos se refiere).

Debo añadir que hace unos dos meses una víctima de abusos de miembros de la Iglesia Católica en Gringoland presentó una demanda contra el papa Benedicto XVI.
El hombre en cuestión afirma haber sido abusado sexualmente por el padre Lawrence Murphy, quien para entonces ya había sido acusado de abusar sexualmente de cientos de los niños bajo su cuidado en una escuela infantil para sordos de la ciudad de Milwaukee en la década de 1970.

Murphy habría sido nombrado cardenal de todas formas y reasignado a otra diócesis, sin que la Santa Sede ejerciera ninguna acción legal, amonestación o expulsión de este del clero.
Murió en 1998.

Los críticos sostienen que aquel procedimiento era de rutina, con sacerdotes sorprendidos en este tipo de actividades apenas removidos a nuevas posiciones, donde pudieran seguir ejerciendo su gusto por la pederastia.

¿Pero que cautiva mi atención? Estas quejas debieron ser dirigidas hacia la cabeza del Pontificado, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, quien es ahora el Papa Benedicto XVI. Y creo que está claro que fueron remitidas hacia él. Sin embargo, el organismo no hizo nada y afirmó que sólo se enteró del caso más tarde (para entonces en Milwaukee ya había pasado el infierno y el santo hombre había sido reasignado en sus [obscuras] funciones).
El Vaticano incluso había confirmado su conocimiento acerca del asunto pero que por no hacer nada "innoble", insistió en negar aquellas acusaciones.

Aclaro que la demanda del hombre hacia el propio Papa y varios cardenales tiene por objeto la divulgación completa de todos los casos. Él no está exigiendo compensación financiera alguna (lo que por supuesto significa un claro caso de difamación para la corrupta Opus Dei).

Irregularidades en la moral del Seno de la Santa Sede, particularmente los casos de pedofilia tiene más de un milenio, y sino, a revisar afondo las santas cruzadas que terminaban en bacanales y orgías de toda índole.

Cuidado, y que no se desvirtúe el tema inmiscuyendo porfiosamente a homosexuales. Aquí el meollo es la concepción irrisoria del celibato como fuente de fantásticas auras divinas que impermeabiliza al sujeto de todo lo malo.

Prácticas arcaicas, y muchas veces contradictorias marcan la pauta de la destrucción del individuo, quienes en una etapa de vulnerabilidad pueden llegar a confiar sus vidas y aliento a causas que van más alla de lo físico y tangible, construyendo un andamiaje de fragilidad aun más complejo, lo cual siempre supondrá una ironía mas extravagante de por qué estos fachos disfrazados de ovejas condenan al aborto pero no al genocidio en Medio Oriente o la misma pedofilia.