martes, julio 29, 2008

Break Out!

Esta no es una entrada reciente, de hecho, es más antigua q todas las mias que la han precedido.. Me remonta a mis vacaciones, época de tensiones y ajetreo, de todas esas obligaciones desganadas y esas obras inconclusas dándome vueltas en la cabeza, y que no se me olvida por el hecho de haberme peleado con ella, la primera primera vez. Resulta que el problema nació como un pequeño malentendido producto de una broma bastante ácida de mi parte, y, bueno, de mi carácter obtuso, que en el debido momento, no supe controlar. Esto me trajo valiosos aportes. A pesar de haber minado la "relación", (que puede ser un vínculo mas humano del que yo creía), dejó en mi una pequeña necesidad de "Empatia". ¿Cómo es eso? Bueno, bueno. La cosa empieza y termina en esta frase.. ejem... "Vive y deja vivir".


Todos la hemos escuchado, leído, saboreado, pero ¿por qué me golpeó tanto en ese momento? Por la simple y firme razón de que mi forma de ser, choca directamente con ese refrán. Nuestra pequeña biósfera social presenta sistemas de defensa contra todo aquello que altere su ciclo y funcionamiento normal. Cada dia más eficaces. Cada dia más hostiles. Sin bien, mucha gente hace la vista gorda argumentando el sentimiento de conformidad y protección que les encierra la sociedad, muchas otras descubren que la realidad difiere del salvajismo erótico que vende la televisión. De la prensa y su mediocridad satírica. De los nauseabundos ritmos que rebosan nuestras radios. Hay veces, en las cansadas noches después del trabajo, cuando el sopor del baño y la compañia de un cigarro me dicen más. Me susurran al oido: ¿No sientes cómo el mundo se va de tus manos?
¡Golpes de Realidad, Comrades!
Y entonces, ¿dejamos o no vivir al prójimo?
¿No será que es éste el que no nos da la otra mejilla, para así, de una vez por todas, empezar a edificar felicidad en nuestra vida.. eso llamado "un mundo mejor"?. No es para nada sencilla la respuesta.
A mi por lo menos me da un poco de recelo, por no decir asco, el salir a la calle, y encontrarme con detritos de sociedad por todos lados. Gente que se dedica a perjudicar a los demás, y a veces de lleno, disfrutan oprimiendo o creando situaciones que afectan nuestro diario vivir. No hablo de violadores o asesinos. Ellos son la sucia causa del cruel efecto al que, me parece, ya nos hemos acostumbrado. Al igual que todo tipo de insurgentes (mártires, bolcheviques, terroristas) hoy se levantan en nuestra acomodada sociedad toda clase de insurrecciones ideológicas, que muchas veces terminan en formas de movimientos insustanciales: iconoclastas demostraciones de debilidad humana bajo las mechas de emos, lolitas, y no se que tanta mierda; de violencia esotérica "nazionalsocialista"; y de ese odio inequívoco entre las razas, las religiones, y válgame el cielo, las modas! Que desperdicio de energía contracultural mal canalizada. Lo que nosotros vemos en nuestras calles, esas "tribus urbanas", son al final y por defecto, endebles búsquedas de identidad, pero tiradas a su suerte en un mundo plagado de marcas. Navegamos en mares de incertidumbre; y sin embargo no vamos muy lejos. Porque en el continente se fabrican más computadoras que ideas. Y las pocas que imperan, se vuelven oficiales debido a la sagacidad de unos pocos, y la comodidad de unos muchos. Te compran una casa, una religión y hasta una forma de vestir y hablar.
Yo no pertenezco a "tribu" alguna. Primero, hasta en la trampita de esa palabra se demuestra que se les considera animales (una especie de eufemismo a estas alturas), pero más que nada, porque me niego a ser una pieza más del consumismo y la decadencia social que rodea al adolescente. Yo elegí a la música y el arte. A lo más hermoso y gratuito de la cultura.
¿Por qué habría de sentirme indiferente ante tanta indescencia social? ¿Está bien que dejemos las ideologías que rigen nuestra vida, en manos de la cultura oficial, con sus políticas austeras y el bonito slogan de "el fuerte sobrevive, el débil muere"?. Si las ideas nos dan nombre y un sentido a las cosas, ¿por qué callarlas?. ¿Por qué ser sólo un nombre, un código?. Te invito, querido lector, a ahondar en tu mente y descubrir, que es verdaderamente vuestro.

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